Por Zully Rodriguez | Organizador comunitario de PCA
¡Se descompuso la lavadora! ¿Y ahora… quién podrá ayudarme? ¿Mi mama? ¿Mi tío? ¿La casa de empeño? ¿Un préstamo con el título de mi carro que me cobrará un interés exagerado y que terminará causando más dolores de cabeza? Justo cuando se descompone el refrigerador o la batería del carro muere, es cuando nos arrepentimos de no tener un guardadito para salir del apuro. La vida es difícil, y es ocupada, y casi nunca nos detenemos a crear una estrategia para lograr tener este tipo de ahorros.
Un fondo de ahorro para emergencias o “guardadito” es vital para la economía familiar. Desafortunadamente no todas las familias cuentan con uno. La recomendación para este tipo de fondos es de mil dólares para una familia de bajos a medianos ingresos, pero cada familia deberá decidir cuánto es suficiente.
Pensaríamos que la pandemia empeoró las posibilidades para ahorrar, pero eso no es lo que les pasó a todos. Algunas familias experimentaron la oportunidad de revisitar la forma en que estaban gastando el dinero. Así que, para ellos, la pandemia trajo un tiempo de aprendizaje muy interesante.
Aún con todo en contra, un grupo de familias miembros de PCA decidió tomar un reto extra durante el tiempo de la pandemia. Estas familias aceptaron participar en el Reto PCA. Durante un año completo (oct 2020-oct 2021) 28 familias se comprometieron a crear un fondo de ahorro para emergencias, guardando una cantidad mensual hasta lograr la meta de $1000 dólares y aunque, no todas lo lograron, más de la mitad de ellas si lo hicieron y otras pocas lograron solo la mitad de la meta, pero está bien, esas familias seguirán con el esfuerzo y eventualmente lo lograrán. ¡Así que ánimo! ¡Están más cerca de cuando empezaron!
Volviendo al Reto PCA, la sugerencia fue ahorrar $83.33 cada mes, pero cada familia hizo los ajustes necesarios para organizarse y no claudicar. Para algunos, un depósito mensual funcionó, pero para otros un depósito semanal dolía menos. Es que, si lo piensas bien, $83.33 podría tal vez, pagar el recibo de la luz, uno o dos tanques de gasolina al mes. Así que desprenderse de tal cantidad no fue fácil para todos, fue especialmente difícil para aquellos que no estaban acostumbrados a ahorrar. Quedarse enganchado con el compromiso de cumplir la meta fue tal vez lo que hizo la diferencia.
Una de las familias mencionó: “No fue nada fácil, me recortaron las horas de trabajo durante un tiempo, pero aun así lo logré”. Entonces, ¿qué fue lo que ayudó a estas familias a tener éxito incluso durante tiempos tan difíciles? La respuesta, tal vez la dio otra de las familias: “Dejé de gastar lo que yo creía eran pequeñas cantidades y de ahí ¡pude lograr mi meta!”.
En ocasiones pensamos que nosotros no hacemos grandes gastos, sin darnos cuenta de que los pequeños gastos se convierten en gigantescos gastos a la larga. Una visita a una tienda de segunda nos da la sensación de que estamos ahorrando, pero ¿en realidad lo hacemos? Para evitar la culpa y en cierto modo justificarnos, nos decimos a nosotros mismos: “Una soda o un café no me va a hacer ni más rico ni más pobre” y hacemos el pequeño gasto. A la larga, un café, una soda, una visita a una tienda de segunda, una venta de garaje, un juguetito de un dólar, cosas que nos parecen insignificantes se convierten en una gotera que drena la economía familiar.
Según la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, un fondo o cuenta de ahorro para emergencias podría evitarnos quedar con una deuda después de cubrir un gasto inesperado. Cada familia deberá decidir cuánto es lo que desea tener en esa cuenta considerando la situación en la que esté esa familia. Esta oficina recomienda crear el hábito del ahorro siguiendo los siguientes pasos:
- Póngase una meta
- Busque la forma de hacer contribuciones a su ahorro de forma consistente
- Revise cómo va con regularidad
- ¡Celebre sus éxitos!
Para muchos de nosotros, esta pandemia además de otros retos, trajo la oportunidad de revisitar y reconsiderar la forma en que estábamos usando nuestro dinero. Tal vez sea cierto que comprar una soda o un café no nos hará ni más ricos ni más pobres, pero tal vez hará la diferencia haber ahorrado esa mínima cantidad, el día que tengamos una emergencia y estemos parcial o totalmente preparados para enfrentarla.
El reto PCA fue un éxito y queremos agradecer, pero, sobre todo, queremos felicitar a todas las familias que participaron y que nos han contado sobre su experiencia. ¡Adelante familias! ¡Juntos lo lograremos!